Como este es un tema que es difícil y que muchos de vosotros me pedís más
herramientas para que los pensamientos negativos dejen de ser los protagonistas
durante nuestro día a día, me he decidido a escribir este post que sería una
continuación del que escribí hace unas semanas “ El poder de los pensamientos”
y es una continuación porque en el primero te llevaba más a reflexionar y en
éste te doy más recursos para poder gestionar mejor tus patrones de pensamiento
para que se alineen con el estado de ánimo que quieres obtener en tu día a día.
Una de las grandes ventajas de empezar a practicar Mindfulness es que nos
hacemos más conscientes de lo que pasa en nuestra mente, podemos observarlo con
más claridad y empieza a crecer nuestra capacidad de elección para elegir el tipo de pensamientos que queremos que tomen
protagonismo.
A nuestra mente le gusta imaginar muchas veces lo peor y allí nos
quedamos enganchados dándole atención a todo aquello que nos da miedo que pase
y incluso pensamos en las peores catástrofes, Mark Twain decía algo así:“ Las
peores catástrofes en mi vida no han ocurrido pero las he vivido”.
Es por ello que debemos intentar ahorrarnos todo el sufrimiento
innecesario, porque no sirve de nada ¿No crees?
Lo que ocurre con estos pensamientos negativos es que acabamos dándoles
vueltas y eso se llama rumiación, por si no has leído ningún post mío anterior:
La rumiación se basa en darle vueltas a un tema con contenido negativo
sin ningún objetivo y ese darle vueltas acaba siendo un ladrón de nuestro
tiempo y un activador de nuestro malestar es por ello que es importante gestionarlo.
Así que aquí
tenéis un plan de acción para rebajar las rumiaciones y pensamientos negativos
al máximo, sólo hace falta empezar y hacerlo ;)
Como estamos
hablando de algo que no se puede parar de un día para otro, es importante verlo
como un proceso y lo más importante es que empezaremos a rebajar las veces que
nos quedamos enganchados y eso repercutirá en un aumento de energía vital,
mejora de la motivación y estado de ánimo, a la vez que estamos teniendo un
papel activo para mejorar nuestra salud, así que no faltan motivos, para
empezar:
1. Algo clave para
empezar es aprender a detectar las
rumiaciones, Una buena forma de hacerlo es apuntar en una libreta, poner
atención durante el día en cuantas veces me doy cuenta que he estado rumiando
y inmediatamente después de haberme dado cuenta, escribo el tema sobre en el
que se basaban las rumiaciones, puede ocurrir y es interesante cuando nos damos
cuenta de que los temas se suelen repetir.
Lo ideal es
hacerlo durante 3 semanas, 21 días.
(Advertencia: si te juzgas a ti mism@ por haber rumiado tomará protagonismo en tu mente el juez interno que siempre nos hace sentir mal y boicotea nuestro crecimiento, así que hazlo desde la curiosidad ;)
(Advertencia: si te juzgas a ti mism@ por haber rumiado tomará protagonismo en tu mente el juez interno que siempre nos hace sentir mal y boicotea nuestro crecimiento, así que hazlo desde la curiosidad ;)
2. Para detener
las rumiaciones, como ya estamos más alerta para detectarlas ya tendremos una
parte del camino recorrido. Utilizando lo que estamos aprendiendo, vuelve
la atención al cuerpo con la ayuda de la respiración, respira conscientemente
unas diez veces y repite en la inhalación: Estoy aquí y en la exhalación :
estoy en el presente y deja pasar los pensamientos.
3. Observa el
motivo por el que te están enganchando estos pensamientos, otra vez observamos
sin juicio y aquí es donde es importante detectar la emoción y buscar su antídoto.
Ejemplo: estoy
preocupada por un hijo que se ha ido de viaje y la emoción que surge es
preocupación y miedo, tenemos entonces que buscar el antídoto a esta emoción. Si
siento miedo de que le pueda pasar
algo, me pregunto que es lo que me aporta confianza,
que sería por ejemplo, confiar en las capacidades de mi hijo para viajar sin
mi, confiando en el adulto interior de mi hijo que seguramente tendrá recursos para manejar las
situaciones, en este ejemplo el antídoto del miedo sería generar pensamientos
de confianza.
Así que sería sustituir los pensamientos por otro
tipo de pensamientos que sean más bien constructivos en relación a la misma
situación.
4. Darnos cuenta
de que es una adicción, un hábito destructivo que no nos ayuda a ser más
felices y aceptar que tenemos esta adicción:
Os dejo el
artículo del Poder de los pensamientos que os he comentado antes:
5. Para motivaros
a cambiar esta adicción a que los pensamientos negativos tomen protagonismo, puedes
hacer una lista de las consecuencias que tiene el haber estar rumiando sobre un
tema que te hace sufrir, observa y apunta como te sientes después.
Después haz una
lista de como te sentirías y que pasaría si desapareciera la rumiación de tu
vida ;)
Recordad : Para el
cambio no vale sólo el querer sino el hacer ;)
Si quieres saber
mucho más sobre MIndfulness y integrar esta técnica, te recomiendo que
vengas al próximo taller que daremos de Mindfulness, posiblemente no vuelva a
dar este taller con este formato, así que anímate ;)
Aquí tienes la
información sobre el taller:
lhttp://psicologabarcelona.blogspot.com.es/2016/05/hace-tiempo-que-estas-queriendo.html
Autora:
Cristina Riera
Psicóloga y coach
Instructora de Mindfulness
Psicoterapeuta integradora
lhttp://psicologabarcelona.blogspot.com.es/2016/05/hace-tiempo-que-estas-queriendo.html
Autora:
Cristina Riera
Psicóloga y coach
Instructora de Mindfulness
Psicoterapeuta integradora
psicoterapia.cristina@gmail.com
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