domingo, 14 de febrero de 2016

¿Sientes que no puedes controlar tus emociones?





¿Sabes porqué? Porque no se trata de controlarlas. No podremos evitar que surja una emoción determinada pero sí podremos gestionarla una vez ha aparecido, esto sí que está en nuestras manos y hay diferentes técnicas pero el primer y principal paso  para poder hacerlo es el siguiente.

Primero es importante saber que las emociones no son enemigas aunque nos sintamos mal cuando alguna de ellas aparece, de hecho uno de los obstáculos para poder gestionarlas es que nuestra relación con ellas es más bien de rechazo o dejamos que nos “atropellen” dejando que sean ellas las que tomen las riendas y ¿sabes una cosa? las emociones son nuestras amigas, siempre nos vienen a decir algo pero ese algo no lo escuchamos, no vemos lo que hay detrás de esa emoción porque no nos han enseñado a escuchar nuestras emociones, quizás lo que siempre hemos escuchados es que debíamos saber controlar nuestro enfado o no mostrar nuestra tristeza y, claro, entonces no tenemos una relación natural con nuestras emociones. ¿Y si te dijera que pueden ser tu guía o tus aliadas?

Pongamos que las emociones fueran como un niño pequeño que se te acerca y viene con rabia o triste. ¿Qué harías? ¿Lo encerrarías en una habitación para que se tranquilizara? ¿Te pondrías a llorar con él o a enfadarte? ¿ Sería esa la forma en que ayudaríamos al niño? ¿Pues cómo crees que ayudarías al niño? Escuchándole con cariño ¿verdad? Así el niño se calmaría y comprenderíamos lo que necesita verdaderamente.

Pasa lo mismo  entre nosotros y nuestras emociones: para poder gestionar nuestras emociones debemos escucharlas con cariño como haríamos con el niño, es así como descubriremos la necesidad que hay detrás de la emoción.

La práctica del Mindfulness ayuda a cambiar nuestra relación con nuestras emociones ampliando nuestra conciencia para escuchar sin juicio y con comprensión lo que sucede en nuestro interior.

Al revés de lo que creemos, cuando luchamos en contra de una emoción esta persiste y no la podemos gestionar, como hemos dicho antes si a un niño enfadado lo encierras en una habitación este aumentará su enfado o del enfado pasará la tristeza por sentir que a nadie le importa lo que le pasa, pero existe una nueva mirada ;) hacia nuestras emociones que puede ayudarte a convertirlas en tus alidadas escúchalas sin juicio como si tú pudieras cuidar de ellas y verás como al momento cambian y te sentirás aliviad@.


Te invito a que lo pruebes ;) …ya me contarás.

Un abrazo y feliz semana!

Cristina Riera
Psicóloga y coach experta en Mindfulness.
Instructora de Mindfulness.
psicoterapia.cristina@gmail.com





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