¿Sabes porqué? Porque
no se trata de controlarlas. No podremos evitar que surja una emoción determinada
pero sí podremos gestionarla una vez ha aparecido, esto sí que está en nuestras
manos y hay diferentes técnicas pero el primer y principal paso para poder hacerlo es el siguiente.
Primero es
importante saber que las emociones no son enemigas aunque nos sintamos mal
cuando alguna de ellas aparece, de hecho uno de los obstáculos para poder
gestionarlas es que nuestra relación con ellas es más bien de rechazo o dejamos
que nos “atropellen” dejando que sean ellas las que tomen las riendas y ¿sabes
una cosa? las emociones son nuestras amigas, siempre nos vienen a decir algo
pero ese algo no lo escuchamos, no vemos lo que hay detrás de esa emoción
porque no nos han enseñado a escuchar nuestras emociones, quizás lo que siempre
hemos escuchados es que debíamos saber controlar nuestro enfado o no mostrar
nuestra tristeza y, claro, entonces no tenemos una relación natural con
nuestras emociones. ¿Y si te dijera que pueden ser tu guía o tus aliadas?
Pongamos que las
emociones fueran como un niño pequeño que se te acerca y viene con rabia o
triste. ¿Qué harías? ¿Lo encerrarías en una habitación para que se
tranquilizara? ¿Te pondrías a llorar con él o a enfadarte? ¿ Sería esa la forma
en que ayudaríamos al niño? ¿Pues cómo crees que ayudarías al niño?
Escuchándole con cariño ¿verdad? Así el niño se calmaría y comprenderíamos lo que
necesita verdaderamente.
Pasa lo mismo entre nosotros y nuestras emociones: para
poder gestionar nuestras emociones debemos escucharlas con cariño como haríamos
con el niño, es así como descubriremos la necesidad que hay detrás de la
emoción.
La práctica del
Mindfulness ayuda a cambiar nuestra relación con nuestras emociones ampliando nuestra
conciencia para escuchar sin juicio y con comprensión lo que sucede en nuestro
interior.
Al revés de lo que
creemos, cuando luchamos en contra de una emoción esta persiste y no la podemos
gestionar, como hemos dicho antes si a un niño enfadado lo encierras en una
habitación este aumentará su enfado o del enfado pasará la tristeza por sentir
que a nadie le importa lo que le pasa, pero existe una nueva mirada ;) hacia nuestras
emociones que puede ayudarte a convertirlas en tus alidadas escúchalas sin
juicio como si tú pudieras cuidar de ellas y verás como al momento cambian y te
sentirás aliviad@.
Te invito a que lo
pruebes ;) …ya me contarás.
Un abrazo y feliz
semana!
Cristina Riera
Psicóloga y coach experta en Mindfulness.
Instructora de Mindfulness.
psicoterapia.cristina@gmail.com
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