El Dr. Speca en el año 2000 realizó una primera investigación en este campo. Se centró en los efectos del MBSR en los síntomas de estrés y modificaciones de estado de ánimo en una población de pacientes ambulatorios con cáncer comparándolos con un grupo control que no había realizado el programa. Los resultados evidenciaron un descenso significaticvo en los estados de ánimo negativos como la depresión y la ira. Por otro lado los pacientes manifestaron más vigor tras el tratamiento. Además se comprobó una reducción de la tensión, menos síntomas de estrés incluyendo un descenso de las consecuencias de este: síntomas cardiopulmonares de respuesta, síntomas gastrointestinales, patrones de conducta de estrés habituales, ansiedad/miedo (Didonna, 2011).
En otra investigación efectuada por Carlson y Garland (2005) se buscó evaluar las modificaciones que provocaba el MBSR en la calidad del sueño en pacientes con cáncer. Los resultados fueron significativos y mostraron reducciones en los trastornos del sueño y aumento de la calidad del sueño. Más específicamente, tras el programa los pacientes estaban durmiendo una hora más por noche--dato a considerar de forma significativa a nivel clínico.
Hemos visto que El MBSR tiene impacto en el sistema inmune, cambia la estructura del cerebro e induce a la reducción de síntomas en el cáncer.
Carlson y colaboradores investigaron del impacto del MBSR (aparte de en el sistema inmunológico), en el endocrino y autónomo en pacientes en fase temprana de cáncer de mama y de próstata que hubieran realizado el tratamiento hace tres meses como mínimo. Los participantes completaron una medición de autoaplicación para evaluar su calidad de vida, sus estados de ánimo y los síntomas de estrés y se les hicieron análisis de sangre para controlar las células inmunológicas y el funcionamiento del sistema inmune. También se analizaron los niveles de cortisol salival (tres veces al día), de sulfato de dehidrohepiandrosterona en plasma (DHEAS: esteroide producto de las glándulas adrenales) y de melatonina salivar antes y después de la intervención. Se observaron mejoras significativas en la calidad de vida en general, en los síntomas de estrés y calidad de sueño y se experimentaron cambios en los perfiles inmunitarios pasando de un patrón depresivo a uno más consistente a un sistema inmune sano. Además, cerca del 40% de los pacientes pasaron de un patrón anormal “en forma de V invertida” en la secreción diurna de cortisol a un patrón más sano “en forma de V”. Este cambio se debe a la disminución de los niveles de cortisol por la tarde y por la noche en algunos de los participantes. De hecho, las mejoras en la calidad de vida se asocian con aumentos en los niveles de cortisol por la tarde. En suma, y a pesar de falta de interpretación de los límites del grupo de control, los resultados sugieren que el Programa MBSR altera los perfiles inmunológicos y neuroendocrinos de los pacientes con cáncer en una dirección más consciente con el funcionamiento saludable. (Carlson et al., 2003, 2004, citados por Didonna).
Otro estudio realizado con 29 mujeres (la mayoría con cáncer de mama) investigó el impacto positivo del programa MBSR en la presión arterial de estas mujeres. Los resultados del estudio fueron positivos, ya que se encontró un claro descenso de la presión arterial sistólica.
El descenso de la presión arterial sistólica observado (15,5 mmHg) es clínicamente significativo y puede compararse con el descenso observado con medicación antihipertensión o con la pérdida de 10 kg (The Trials of Hypertension Prevention Collaborative Research Group, 1997 ; Wua et al., 2005). En el mismo estudio, al comparar con los controles de lista de espera, los datos preliminares sugieren que los participantes en el programa de MBSR parecen demostrar una mejor recuperación de la presión arterial sistólica tras el factor de hablar en público después de la intervención.
Dado que los niveles de presión arterial son predictivos del desarrollo de morbilidad y mortalidad cardiovascular, el MBSR puede tener potencial de mejorar los resultados de salud en pacientes con cáncer, muchos de los cuales ya son de riesgo debido a los efectos secundarios relacionados con el corazón en los tratamientos oncológicos. (Van Wielingen, Carlson y Campbell, 2006).
Referencias
Didonna, F. (2011). Manual Clínco de Mindfulness. Desclee de Brourer: Barcelona
Vallejo, M. y Ortega, J. (2007). La utilización del Mindfulness en el paciente oncológico. Psicooncología. 4, 35-41.